PRIMERA PARTE I
Con hoy empezamos el primero de una serie de 3 artículos que explicarán en detalle las innovaciones aportadas por los sardos al alfabeto Ogham, los famosos caracteres oblicuos. Resumiendo brevemente, el alfabeto Ogham es llamado alfabeto de los árboles, porqué los caracteres representan las iniciales de árboles, las primeras 10 consonantes y las 5 vocales (alfabeto más antiguo) son todos árboles del Norte de Europa, mientras que los últimos 5 caracteres, los oblicuos, representan plantas típicas del ambiente mediterráneo, y habrían sido introducidos en un segundo tiempo respecto a los 15 originarios por sus inventores, quizás los habitantes de la Península Ibérica, o bien, más probablemente, los antiguos sardos. Analizamos brevemente los cinco símbolos:
- una línea oblicua que cruza la línea principal corresponde a la letra MUIN (vid vinífera)
- dos líneas oblicuas que cruzan la línea principal corresponden a la letra GORT (hiedra)
- tres líneas oblicuas que cruzan la línea principal corresponden a la letra NGETAL (junco)
- cuatro líneas oblicuas que cruzan la línea principal corresponden a la letra SRAIF (endrino)
- cinco líneas oblicuas que cruzan la línea principal corresponden a la letra SRAIF RUIS (sauco)
En el artículo de hoy explicaremos el significado del primero de estos símbolos: el MUIN. Ya habíamos hablado otras veces de este símbolo y pido disculpa por las repeticiones, pero lo de que nos ocuparemos en esta serie de artículos es la conexión de estos símbolos con las bebidas alcohólicas, de las que los sardos eran conocedores (y probablemente también inventores) mucho tiempo antes de la fecha en la que oficialmente habrían sido introducidas en la isla. En el Ogham por todas las tipologías de símbolos el primer signo, lo con un único segmento es una especie de “fundador” y la planta que esto representa tiene un importancia particular. Nell’Ogham per tutte le tipologie di simboli il primo segno, quello con un solo segmento é una sorta di “capostipite” e la pianta che questo rappresenta ha un importanza particolare. Siguen esta regla también los oghams sardos relativos a los alcohólicos: la planta fundadora de la tipología de los carácteres oblicuos es la vid vinífera.
Las bebidas alcohólicas tenían en la antigüedad un valor completamente diferente del moderno, eran totalmente ajenas al concepto negativo al que hoy a menudo se les asocia, debido a los efectos nefastos del abuso de estas substancias. Antaño al contrario, a causa de la producción limitada, de la dificultad en encontrar las materias primas, e consecuentemente por la difusión limitada, las bebidas alcohólicas tenían una grande consideración; como modificaban el estatus sicofísico mediante el estado de embriaguez, se las asociaba a las divinidades, además donaban coraje en las batallas, favorecían la serenidad convival, y, en general, donaban un sentido de bienestar: una especie de bebida de tipo sacral. Prueba de esto son los cultos de Dionisos en la antigua Grecia y de Baco en el mundo latico, tanto que, en la edad media se hablaba, a propósito del vino y sus derivados de AQUA VITAE, o sea Agua de la vida, termino con el cual, todavía hoy, se identifican destilados como la grappa, para dar un ejemplo, mutando completamente el sentido originario de los dos términos, unificados en uno solo. Probablemente esta palabra se debe también al uso medicamentoso que se hacía de estas bebidas: para extraer las propiedades fitoterápicas de las plantas medicamentosas, estas se hacían macerar en una infusión alcohólica.
A la Cerdeña tendría que ir la paternidad del símbolo relativo a la vid vinífera, además de la palabra, luego heredada, como muchísimas otras, por el mundo latino: el VINO, derivado por el nombre mismo de la planta: MUIN -> MVIN -> VIN, usado también en la lengua alemana y inglesa. Una paternidad muy importante, testigo del hecho que el vino podría haber sido inventado propio por la Antigua Civilización Sarda: quién acuña la terminología es a menudo el inventor del objeto al que esta terminología hace referencia. Es una afirmación fuerte, pero confirmada por simbolismos alfabéticos y terminologías, así como por peculiaridades botánicas de este territorio, lo cual permite dejar poco espacio a las dudas.
Hay que considerar que el concepto relativo a la fermentación del uva es de toda manera antiquísimo, y comprobado por documentación que lo hace remontar a más de tres mil años antes de Cristo. Considerando la antigüedad del alfabeto Ogham, los contactos entre Sardos y Escoceses, las terminologías y los símbolos, podemos afirmar seguramente que los sardos conocían aquella bebida a la que dieron nombre.